Comparativo Entre el Programa Doman en Casa y la Escuela
Conferencia de la Profesora Elisa Guerra Cruz Sobre el Método Doman (Parte 7 de 10)
Este es el séptimo video de la serie de 10 videos que nos trae la importante educadora infantil Elisa Guerra Cruz. Elisa Guerra Cruz es la fundadora y directora del Colegio Valle de Filadelfia), un colegio avalado por Glenn Doman y The Institutes for the Achievement of Human Potential que se dedica al desarrollo humano en infantes a través de la metodología Doman
Esta ponencia educativa sobre el método filadelfia para la lectura infantil fue filmada durante el Congreso Mundial sobre Estrategias y Metodologías Educativas que se llevo a cabo por la Asociación Mundial de Educadores Infantiles (AMEI).
En este séptimo video la profesora Elisa Guerra Cruz nos hace una comparación entre el programa Doman que se lleva a cabo por una madre o un padre en casa con el programa Doman que se lleva a cabo en un salón de clase en el ámbito escolar.
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- Video 7 de 10: Comparativo Entre el Programa Doman en Casa y la Escuela - parte 7 de 10 de esta conferencia de la Profesora Elisa Guerra Cruz
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Para facilitar el entendimiento abajo encuentras el transcripto de este video
Transcrito de Video - Comparativo Entre el Programa Doman en Casa y la Escuela
Vamos a hablar ahora de unas premisas importantes.
- Los bebes pueden aprender cualquier cosa que les enseñemos de manera honesta y factual. Factual de hechos. Lo que hablábamos de los hechos y las reglas. Y honesta es de frente, con nuestro ejemplo, abiertamente.
- Todos los bebés tienen un potencial de inteligencia que es mayor a la que Leonardo Davinci jamás uso. En los institutos, Leonardo es nuestro genio favorito. Porque es un genio de muchas áreas, no solo de una. Por eso es que a él lo utilizamos como ejemplo cuando decimos que un niño tiene un potencial de inteligencia mayor al que Leonardo Davinci jamás uso. Y con esto me refiero a que cualquier niño, de cualquiera de sus salones, puede llegar a ser un Leonardo. Y más.
- Y otra de las premisas del programa es que las madres son las mejores maestras.
Ahora, vamos a hablar con esto de las madres que son las mejores maestras. Vamos a hablar un poquito… Vamos a comenzar a trabajar ahora lo que es el comparativo en la escuela y en la casa.
En primer lugar, la mamá, cuando hace el programa con su hijo tiene total libertad y flexibilidad para adaptar el programa a su hijo. Sí, escoger los mejores momentos. Si el niño está cansado, tiene hambre, tiene sueño, anda de genio… no va ser un buen momento para la enseñanza. Por cierto para nadie. Para nadie. Si alguno de ustedes aquí tiene hambre va a estar más atenta a los bullicitos de la panza que a lo que yo estoy diciendo. Todos, todos, realmente.
No todos los momentos para enseñar son los mejores.
Mamá puede buscar esos momentos y adaptarlos al programa. Mamá puede adaptar el programa al interés de su hijo. ¿Qué es lo que le gusta, qué es lo que le llama la atención? Y puede hacer un programa específico para ese interés. Si el niño está enfermo, mamá suspende el programa y reinicia cuando el niño se sienta mejor. Tiene esas ventajas. Mamá puede adaptar el programa de su hijo.
Vamos a ver qué es lo que sucede en la escuela. De entrada, la maestra no puede escoger los mejores momentos. Tiene que usar los que tiene. ¿Tenias hambre mí hijito? Pues no vas a aprender, no te va a tocar, digamos absorber tanto lo que estábamos trabajando ahorita, pero no puedo escoger el momento preciso para cada uno de los niños.
Tampoco puedo adaptarlo al interés de cada niño. Cuando mostramos los bits, que son laminas, es muy evidente ver que hay niños que les gusta ciertas cosas y hay niños que no. Por ejemplo, recuerdo muy bien que teníamos unos bits de partes de la araña. Recuerdo porque a mi hija le encantaban esos. Mostrábamos las partes de la araña pero hay niños que con ver arañas no les gustaban. Y bueno, nunca se puede hacer que todo lo que vamos a presentar les guste a todos los niños. A lo mejor los siguientes bits que presentemos les van a gustar a esos otros niños que no les hayan gustado los primeros. Pero finalmente, no es algo que podamos hacer para cada uno de los niños. Porque a diferencia de las mamás, no tenemos uno o dos o tres o cuatro o cinco. Siete, todavía pudiera ser. No alguna mamá. 35 oyeron por allá.
En el mejor de los casos una maestra tiene 15 o 20. En el peor 35 o 40. Ayayay, 53 (dijo alguien en la audiencia).
No es un solo niño. A las mamás les decimos, "Oye, que tu programa este lleno de diversión. Que te muevas mucho, que le metas colorido. Haz cosas diferentes, haz cosas atrevidas. No te vuelvas sistemática. No a la rutina." Pero a veces para la maestra la rutina es la única manera de sobrevivir. ¿Con 53, quien tiene 53? Mi reina, si no tienes rutinas eres mujer muerta. No duras ni 5 minutos. Entonces tenemos que pensar en maneras de adaptar lo que tenemos con lo que queremos tener. ¿Verdad?
Otra diferencia es que nosotras conocemos a nuestros niños. Los queremos. Yo he sido maestra frente a grupo y como los quiere uno de veras. Y los que te cuestan trabajo más. Aquellos que les sufriste y les lloraste los acabas queriendo más. Pero por mucho que los queramos, ninguna de ustedes lo quiere más que su madre. Ninguna de ustedes en términos general lo quiere más que su madre. Y ese amor que tiene la mamá por su hijo puede hacer muchísimas cosas.
Y ahora no quiere decir que seamos malas maestras ni mucho menos pero somos humanas. Este salón está lleno de maestros y maestras excelentes. Pero no podemos amar a los niños igual que los aman sus madres. Eso es una ventaja que tienen ellas sobre nosotros cuando estamos pensando en la aplicación del programa.
Otra puede ser la motivación. ¿Por qué haría una mamá un programa en casa? Pues porque leyó los libros, le llamo la atención, dice vamos a probar, empieza a hacerlo, ve que funciona, se emociona, lo sigue haciendo y está motivada a hacerlo por ella misma y por su hijo. En la escuela se pueden dar muchas situaciones pero vamos a hablar de 2 casos hipotéticos.
Uno, la maestra, a leído alguno de los libros, ha asistido a alguna conferencia como esta, le pica el gusanito de la curiosidad. O a lo mejor es mamá y ha aplicado el programa con alguno de sus hijos. Y dice "hay, creo que voy a aplicar algo de esto en mi salón a ver qué tal." Si tiene la suerte de que la dirección la apoye -- de que le permitan incorporar alguna situación de estas en su salón de clases -- pues bueno, ya la hizo y esta sería la situación ideal. Que la maestra lo haga por propio convencimiento.
Sin embargo una situación común sería que de repente llega tu directora y te dice, "Alicia apartir de mañana vas a mostrar estas tarjetas a los niños 3 veces al día, cinco grupos. Y aquí tienes." Y te entrega una pila así (haciendo una seña de una gran cantidad con las manos), te entrega 2 plumones que aparte huelen horrible -- te marean tremendo y manda a hacer el material, mi reina.
¿Entonces que dice la maestra? De entrada, no sabe ni para qué. Ni porque ni para qué. Lo único que sabe es que ya tiene más trabajo. Y tenemos falta de tiempo crónica, los maestros y las maestras. Entonces no estamos muy contentos. Y como no sabemos ni porque lo estamos haciendo o a lo mejor lo sabemos pero no estamos muy convencidos ¿pues como lo vamos a hacer?
Quien sabe que tan constante seamos y quien sabe realmente con que alegría, con que disposición lo mostramos. A lo mejor lo abandonamos en el camino. O lo hacemos, pero lo hacemos de manera rutinaria, desinformada y entonces el programa no funciona. ¿Y qué creen? Pues entonces a los que nos va mal es a nosotros porque dicen "no, yo eso de Doman ya lo hice y no es, no jalo, no es cierto."
Por eso es que los institutos han sido tan celosos -- que no es lo mismo que egoístas -- para compartir su experiencia con maestros. A lo mejor alguno de ustedes le ha tocado saber que esto no es una metodología que los institutos fácilmente hagan accesible a los maestros.
Esto, que estamos haciendo el día de hoy, es un parte aguas en la historia de los institutos. El hecho que se hayan decidido permitirme venir en su representación, hablarles a ustedes de los programas, es un gran parte aguas para los institutos.
Puede ser justamente por eso, porque luego hay gente que medio lee el libro o medio lee platica a alguien y medio lo aplica y por supuesto medio funciona o no funciona y entonces los únicos perjudicados somos nosotros. Porque la cuestión no jalo.